Dando una vuelta encontré un puesto que tenía estos graciosos colgadores infantiles para la puerta...
El hombre me escribió el nombre de los peques en cada uno de ellos y de verdad que los diseños eran todos tan bonitos que me costó decidir cuales me llevaba... todos hechos a mano y en madera.
Ellos todavía no saben leer, pero me diréis que no queda precioso colgado en las puertas...
Desde aquí felicito a sus creadores por hacer cosas tan simples pero tan tiernas...
Y como cosa curiosa, en un puesto de gominolas encontré estos regalices... más largos que un día sin pan!!
Y que os parecen las gominolas de crema catalana... tremendas!!!!
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